La tranquilidad de la colonia San Francisquito, en Querétaro, se vio interrumpida tras la intervención de las autoridades municipales al detectar a 13 trabajadoras sexuales que ofrecían sus servicios en esta área sin contar con el aval o zonas de tolerancia correspondientes. Este hecho generó reacciones divididas entre los habitantes de la colonia y avivó el debate sobre la regulación de la actividad sexual en la capital queretana.
El secretario técnico de la Secretaría de Gobierno de la capital, Juan Carlos Arreguín, confirmó que, a través de la Dirección de Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro (SSPMQ), se solicitó a las mujeres que cesaran sus actividades en la zona, ya que no existen espacios autorizados para este tipo de prácticas en el municipio.
Un problema de regulación y convivencia
La colonia San Francisquito, reconocida por su riqueza cultural e histórica, se enfrenta a una problemática que refleja un tema de fondo no resuelto en Querétaro: la falta de regulación de zonas de tolerancia para trabajadoras sexuales.
De acuerdo con las declaraciones del secretario técnico, las mujeres fueron abordadas por personal de la SSPMQ bajo el protocolo de respeto y prevención, con el objetivo de evitar conflictos en la zona. Sin embargo, vecinos de la colonia expresaron opiniones divididas ante lo sucedido.
Por un lado, algunos habitantes consideran que estas actividades afectan la imagen y seguridad de la colonia. Por otro, hay quienes defienden que se deben habilitar zonas específicas y reglamentadas para garantizar los derechos laborales y humanos de estas mujeres, así como la convivencia pacífica con los residentes.
¿Por qué no hay zonas de tolerancia en Querétaro?
A diferencia de otros estados, Querétaro no cuenta con espacios formalmente establecidos para la actividad sexual. Esto ha generado que trabajadoras sexuales busquen lugares alternativos para ofrecer sus servicios, frecuentemente entrando en conflicto con las autoridades y los vecinos.
La falta de regulación, además, deja a estas mujeres en una situación vulnerable, expuestas tanto a la violencia como a la explotación. Expertos señalan que es momento de abrir el diálogo entre autoridades, colectivos y sociedad para encontrar soluciones que beneficien a todas las partes.
¿Y ahora qué sigue?
Juan Carlos Arreguín indicó que la administración municipal mantendrá operativos constantes en las colonias para evitar que estas actividades se desarrollen fuera de la normativa. Por su parte, colectivos de defensa de derechos humanos insisten en la necesidad de establecer políticas públicas que regulen esta actividad, para que las trabajadoras sexuales puedan desempeñarse de manera segura y sin afectar a terceros.
Este caso deja abierta una discusión importante en Querétaro: ¿es momento de regular las zonas de tolerancia? ¿O se debería optar por medidas más restrictivas?