Tras la ola de críticas y sanciones que enfrentaron por proyectar presuntas imágenes del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, durante su concierto del 29 de marzo en el Auditorio Telmex de Guadalajara, la agrupación Los Alegres del Barranco rompió el silencio y ofreció disculpas públicas a través de un video subido a su canal de YouTube.
🎙️ En el mensaje, Pável Moreno, acordeonista y vocalista del grupo, aseguró que nunca fue su intención hacer apología del delito ni rendir homenaje a ningún personaje. Expresó su pesar por el malestar que causaron las imágenes proyectadas durante su presentación y aseguró que han sido malinterpretadas.
“Queremos ofrecer una disculpa por lo ocurrido en nuestro concierto en Guadalajara. Lamentamos que haya sido malinterpretado y que algunas personas se hayan sentido ofendidas. Jamás fue nuestra intención ofender a nadie”, expresó Moreno en el video.
🔊 Por su parte, Armando Moreno, también integrante de la agrupación, recalcó que la música del grupo “siempre ha sido una forma de narrar historias populares”, comparándola con películas, series o reportajes, sin intención de glorificar el crimen.
📽️ Además, informaron que a partir de ahora tomarán medidas más estrictas sobre el contenido visual en sus conciertos, reafirmando que no rindieron homenaje a ningún personaje en la presentación de Guadalajara.
📝 A la par del video, publicaron un comunicado en sus redes sociales donde reconocen la responsabilidad que tienen como figuras públicas, especialmente ante las nuevas generaciones.
“Reiteramos nuestro compromiso de seguir trabajando con humildad y respeto. Agradecemos a nuestros fans por su apoyo incondicional”, se lee en el comunicado oficial.
⚖️ Recordemos que tras esta presentación, la agrupación enfrentó la cancelación de conciertos, la revocación de visas y la desaprobación pública, por lo que esta disculpa busca frenar el impacto mediático del escándalo.
👉 Esta controversia vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los límites entre el arte, la cultura popular y la apología del delito, un tema cada vez más presente en la industria del entretenimiento.
