📍 Querétaro / Nacional
Mientras en distintos estados del país se debate la prohibición definitiva de las corridas de toros, las redes sociales y la opinión pública se han convertido en un auténtico campo de batalla entre quienes consideran esta práctica como una forma de tortura animal… y quienes la defienden como una tradición cultural y hasta un acto de amor hacia el toro.
La reciente cancelación de una corrida programada en Hacienda El Salitre, Querétaro, reavivó el debate y dejó al descubierto una profunda división social, en la que ni siquiera los gobiernos estatales han podido mantenerse al margen.
💥 «No vayan a los toros si no quieren, pero dejen de tocarnos los carros y a quienes sí vamos, que no he visto alguien que quiera más al toro que los ganaderos y los toreros», lanzó un aficionado a través de su cuenta de X (antes Twitter), generando miles de reacciones encontradas.
⚖️ Una lucha entre tradición y derechos animales
La polémica volvió a estallar cuando usuarios, activistas y figuras públicas exigieron a las autoridades el cese definitivo de este «espectáculo sangriento», mientras otros defendieron la fiesta brava como parte del patrimonio cultural.
🔺 A favor de la cancelación:
- «Ya basta de justificar la tortura con palabras como tradición o arte. Es violencia disfrazada.»
- «No hay cultura ni valor en ver sufrir a un animal. Esto ya no tiene cabida en una sociedad moderna.»
🔻 En defensa de la tauromaquia:
- «El toro de lidia existe gracias a esta tradición. Si se cancelan las corridas, desaparece toda una especie.»
- «Es el único animal que muere en combate, con honor. ¿Por qué no hay la misma indignación con los rastros clandestinos?»
🧨 La frase que encendió la mecha
El mensaje compartido por un aficionado taurino fue claro y directo:
🗣️ “No vayan a los toros si no quieren, pero dejen de tocarnos los carros y a quienes sí vamos, que no he visto alguien que quiera más al toro que los ganaderos y los toreros.”
La publicación generó más de 25 mil comentarios, entre los que se leía desde apoyo ferviente hasta duras críticas por considerar que “querer” a un toro no significa hacerlo sangrar en público por entretenimiento.
🔍 ¿Y ahora qué?
La controversia crece y muchos exigen que la ley tome una postura firme. En algunos estados como Sinaloa, Ciudad de México y Quintana Roo ya se han prohibido las corridas. Otros, como Querétaro, están en proceso de revisión y presión ciudadana.
Mientras tanto, la fiesta brava se mantiene entre la resistencia de quienes la aman… y la furia de quienes piden que se acabe para siempre.