Las presas queretanas han comenzado 2025 con una recuperación significativa en sus niveles de almacenamiento, superando las cifras registradas al inicio de 2024, cuando la sequía prolongada había dejado los cuerpos de agua en niveles mínimos, algunos incluso por debajo del 3% de su capacidad. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al inicio de este año, las presas de Querétaro alcanzaron un 59% de su capacidad total.
Las presas con mayor nivel de almacenamiento son las de Jalpan de Serra y El Cajón, ubicadas en el municipio de Querétaro, que se encuentran llenas. En comparación, en enero de 2024, la presa de Jalpan solo tenía el 30% de su capacidad. Estos incrementos marcan un giro positivo en las condiciones hidrológicas de la región, que fueron severamente afectadas por la sequía en los últimos años.
Otras presas como San Pedro, El Zorrillo y Derivadora San José, en el municipio de Huimilpan, también han registrado altos niveles, alcanzando el 97%, 89% y 86% de su capacidad, respectivamente. Estos avances se suman al hecho de que la presa Constitución de 1917, en San Juan del Río, se encuentra al 50% de su capacidad, mientras que la presa Centenario, en Tequisquiapan, ha llegado al 60%.
Aunque los datos son alentadores en algunas áreas, la situación en los municipios metropolitanos de Querétaro sigue siendo preocupante. La presa de Jesús María, en El Marqués, se encuentra casi vacía, mientras que la de El Batán, en Corregidora, tiene solo el 34% de su capacidad. La presa Santa Catarina, en la delegación Santa Rosa Jáuregui, también reporta bajos niveles, con solo el 28% de su capacidad. Esta última, que alguna vez fue una fuente de empleo y alimentación para las familias locales, ha afectado directamente la economía de la zona debido a la falta de agua.
A pesar de estos avances en algunas presas, la Conagua sigue clasificando a Querétaro como un estado anormalmente seco, con 12 de sus 18 municipios en un grado de sequía moderada, según el monitor de sequía más reciente. Esta situación pone de relieve la necesidad de una gestión adecuada de los recursos hídricos para prevenir futuros problemas de escasez.
En resumen, mientras algunas presas en el semidesierto y la Sierra Gorda muestran una recuperación, la sequía sigue impactando a las zonas metropolitanas y a diversas comunidades del estado. La situación continúa siendo crítica, y las autoridades deben seguir monitoreando los niveles de agua y promover políticas eficaces para enfrentar el reto que representa el cambio climático y las sequías prolongadas.