“Del DIF al karaoke: cuando el dinero público paga el show familiar de los Sansores”

Los ciudadanos de Campeche merecemos algo más que un espectáculo. El pasado 24 de octubre de 2025, Laura Sansores San Román, presidenta del patronato del DIF Estatal Campeche y hermana de la gobernadora Layda Sansores San Román, presentó su cuarto informe anual convertida en estrella central de un evento que mezcló canto, escenografía y coreografía

Este informe-musical, vestido de “viaje sensorial” según la propia institución, no es innovación: es una falta de respeto institucional.


¿Qué sucedió?

  • En lugar del tradicional documento con resultados, cifras y logros, los asistentes presenciaron una puesta en escena con escalera iluminada, música en vivo, canción coreada (“Este informe es cantando…”) y coreografía.
  • El discurso incluyó frases diseñadas para emocionar (“Somos color y luz para el que recupera el camino…”, “Somos alimento que saborean nuestros niños…”) más que para informar sobre cifras, indicadores o resultados claros.
  • La gobernadora Layda Sansores felicitó el evento calificándolo de “¡Qué original!”.
  • En redes, los ciudadanos no ocultaron su disgusto: “una institución pública que debería rendir cuentas bailando y cantando… ¿seriedad?”, fue un comentario frecuente. sdpnoticias+1

¿Por qué es un problema?

Porque no podemos seguir permitiendo que los servidores públicos utilicen recursos públicos para montar shows, mientras los temas reales de bienestar social, programas para niños, mujeres, adultos mayores o personas con discapacidad —objetivos esenciales del DIF— queden en segundo plano o sin una medición seria.

Un informe público debe responder preguntas básicas:

  • ¿Qué se logró?
  • ¿Con qué recursos?
  • ¿Para quién?
  • ¿Con qué impacto?

Cuando el “informe” se transforma en navegación de luces y micrófonos, se pierde el foco y la ciudadanía queda como espectadora de un teatro… no como partícipe de una rendición de cuentas.


¿Y ahora qué?

Los ciudadanos tenemos el derecho y la responsabilidad de exigir que estas presentaciones vuelvan a su función: informar, transparentar, rendir cuentas. La forma no debe ser caricatura, sino vehículo de contenido serio.

Es hora de decirlo alto: suficiente de glamour con dinero del pueblo. Basta de circo cuando lo que falta es servicio, resultados y responsabilidad.