El Volkswagen Sedán, mejor conocido en México como el Vocho, sigue sorprendiendo y conquistando corazones, incluso 20 años después de que se fabricara su última unidad en la planta de Puebla el 31 de julio de 2003. Este icónico vehículo, considerado el «auto del siglo», hoy se ha transformado en un lujo para coleccionistas.

Recientemente, un usuario en redes sociales anunció la venta de un Volkswagen Sedán Última Edición de 2004, con apenas 90 kilómetros recorridos, a un precio de 700 mil pesos. Esta cifra representa un aumento de más del 800% respecto a su precio original, ya que en su momento costaba solo 84 mil pesos.


Un auto que trasciende el tiempo

El VW Sedán Última Edición marcó el fin de una era con una producción limitada a 3,000 unidades, todas ensambladas en México. En su momento, fue presentado como un homenaje al Beetle, que había conquistado generaciones con su diseño compacto, eficiente y accesible.

Esta versión de despedida destacó por sus detalles exclusivos:

  • Colores de carrocería únicos: Azul Acuario y Beige Luna.
  • Cromados distintivos: En manijas, paragolpes, estribos y línea lateral.
  • Toques nostálgicos: Neumáticos con cara blanca y el estandarte de Wolfsburgo en el frontal y el volante.
  • Interior conmemorativo: Bolsillos detrás de los asientos delanteros y una placa especial sobre la guantera que identificaba cada unidad.


Una joya para coleccionistas

Aunque en 2022 estos modelos alcanzaban precios superiores a 300 mil pesos, la unidad que ahora se oferta ha duplicado su valor. Según su vendedor, la cifra de 700 mil pesos refleja su estado casi intacto, con apenas uso desde que salió de agencia hace 20 años.

La cotización del Vocho no es un fenómeno nuevo: en 2015, un propietario alemán ofertó una unidad de esta misma edición especial por un millón de dólares, convirtiéndolo en una de las versiones más caras del Beetle en todo el mundo.


Un legado que perdura

El Vocho no solo es un vehículo, es un símbolo cultural que evoca nostalgia y emociones, especialmente en México, donde fue más que un auto: se convirtió en parte de la vida cotidiana.

Como señaló Volkswagen durante su campaña de despedida:

«Es increíble que un auto ocupe un espacio tan pequeño y deje un vacío tan grande.»

Hoy, esas emociones se traducen en cifras que pocos imaginaron: un auto que alguna vez fue sinónimo de accesibilidad, ahora es un artículo de lujo para quienes buscan preservar un pedazo de historia automotriz.

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