Querétaro enfrenta una severa crisis hídrica, con el almacenamiento de agua en sus 26 principales presas cayendo a un alarmante 8% de su capacidad total, según un reciente informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Este bajo nivel de almacenamiento representa solo 16.98 millones de metros cúbicos de agua de los 206.48 millones posibles.

El reporte de Conagua destaca que cinco de estas presas están completamente secas, afectando significativamente a las comunidades locales y la economía regional. Las presas afectadas incluyen La Venta en Pedro Escobedo, Centenario en Tequisquiapan, La Lave en San Juan del Río, Jesús María en El Marqués, y San Rafael en Huimilpan.

Sin embargo, no todas las noticias son desalentadoras. Algunas presas aún retienen una parte significativa de agua. El Cajón en Querétaro mantiene un 79.2% de su capacidad; El Carmen en El Marqués, un 61.3%; y la Derivadora San José en Huimilpan, un 51.6%. A pesar de estos números más positivos, la situación general sigue siendo crítica.

Debido a estos bajos niveles de agua, las presas ya no se utilizan para riego agrícola, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la agricultura local y la seguridad alimentaria en la región. Esta crisis subraya la necesidad urgente de políticas más robustas de gestión del agua y medidas de conservación para asegurar la sostenibilidad del recurso hídrico en Querétaro. Las autoridades y la comunidad deben colaborar para encontrar soluciones a largo plazo que aborden tanto la escasez actual como la resiliencia futura ante el cambio climático y otros desafíos ambientales.

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