El gobernador del estado, Mauricio Kuri González, confirmó que el antiguo Hospital General de Querétaro no podrá ser donado a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), debido a los severos daños estructurales que presenta el inmueble, los cuales representan un alto riesgo para la seguridad y hacen inevitable su demolición.

El anuncio se da tras la manifestación de estudiantes de la Facultad de Medicina de la UAQ, quienes solicitaron que el espacio —ubicado en Avenida 5 de Febrero— sea destinado a la creación de un Hospital Universitario. Sin embargo, Kuri González explicó que no es posible por razones de protección civil, ya que el edificio está gravemente deteriorado.

“Hay un tema de Protección Civil que obliga a derrumbarlo. No es un tema que yo quiera; me gustaría que se aprovechara, pero estructuralmente ya no jala, ya está muy peligroso”, declaró el mandatario estatal.

El gobernador recordó que el inmueble ya había sido ofrecido previamente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para que lo utilizara, pero el convenio no prosperó, ya que no se realizaron las obras de conservación necesarias en el plazo acordado. Incluso mencionó que la Comisión Estatal de Aguas (CEA) también consideró utilizar el espacio para sus oficinas, pero el deterioro impidió su ocupación.
“Le dimos un año al IMSS para iniciar la construcción y no se hizo; el convenio se canceló. Lo importante ahora es evitar cualquier riesgo para la gente”, puntualizó Kuri.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Eric Gudiño Torres, respaldó las declaraciones del gobernador y señaló que no existe una negativa hacia la UAQ, sino una preocupación legítima por la seguridad estructural del edificio.
“El hospital estructuralmente está mal, hay dictámenes de Obras Públicas que así lo confirman. No es que haya un rechazo a la universidad; queremos seguir apoyándola, pero sin poner en riesgo a nadie”, afirmó el funcionario, adelantando que se convocará al director de la Facultad de Medicina para mostrarle los estudios técnicos y explicar la situación.
Mientras tanto, la comunidad estudiantil universitaria insiste en la posibilidad de realizar nuevos peritajes independientes que determinen si parte de la estructura podría rescatarse antes de proceder a la demolición total.
“Tenemos la manera de hacer dictámenes alternos. Si el edificio central se tiene que demoler, que se confirme con estudios actualizados. Desde hace 10 años hemos presentado proyectos para aprovechar ese predio”, expresó Rodrigo González, director de la Facultad de Medicina.
La manifestación del pasado miércoles reunió a decenas de estudiantes y docentes que marcharon de la Facultad de Medicina al antiguo Hospital General, demandando un espacio que permita la formación clínica y práctica médica dentro de la universidad, al estilo de las grandes escuelas de medicina del mundo.
Por ahora, el gobierno estatal mantiene su postura: el inmueble no puede ser utilizado ni donado, y su demolición será inevitable para evitar riesgos a la población.

