Tres niños de 2, 11 y 13 años fueron hallados muertos en una casa de Taninges, en la región de Alta Saboya, en un hecho que ha estremecido a Francia. Los menores presentaban heridas de arma blanca, y su madre, quien dejó una carta antes de huir, es buscada intensamente por alrededor de 60 policías en las montañas cercanas, informó la Gendarmería Francesa.
El padre del niño más pequeño fue quien descubrió los cuerpos y alertó a las autoridades. Los servicios de emergencia acudieron al lugar alrededor de las 12:30 horas, pero solo pudieron confirmar el fallecimiento de los menores. La tragedia se desarrolló en una casa ubicada en un pequeño callejón aislado de Taninges, donde los gendarmes han restringido el acceso mientras se lleva a cabo la investigación.
El fiscal de Bonneville, Boris Duffau, informó que el Instituto Médico-Legal de Grenoble realizará autopsias para confirmar las causas exactas de las muertes. Sin embargo, los primeros informes indican heridas de arma blanca como causa principal. La madre, de 45 años y con antecedentes de depresión, dejó una carta y, según informes, se dirigió a las montañas cercanas antes de desaparecer. Se ha abierto una investigación por «homicidios voluntarios», bajo la dirección de la brigada de investigación de Bonneville y con el apoyo de la sección de Chambéry.
Para la búsqueda de la madre, se han desplegado cerca de 60 agentes, incluyendo un helicóptero y unidades del Pelotón de Vigilancia e Intervención (PSIG). Los especialistas en identificación criminal concluyeron su labor en la vivienda hacia las 20:00 horas, y los cuerpos de los niños fueron retirados poco después por una funeraria.
La comunidad de Taninges, un pequeño pueblo de 3,500 habitantes en el valle del Giffre, cerca de la frontera suiza, está consternada por el suceso. En este tranquilo poblado, conocido por su estación de esquí, las autoridades locales y la población siguen atentos a las actualizaciones de esta desgarradora investigación.