Tras el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, diputados del Partido Acción Nacional (PAN) en Querétaro alzaron la voz para cuestionar la estrategia federal de seguridad, asegurando que los resultados del actual gobierno siguen siendo insuficientes para frenar la violencia que azota al país.

El diputado Mauricio Cárdenas Palacios lamentó que, después de más de siete años, México mantenga una política de “abrazos y no balazos”, que —dijo— protege a los delincuentes en lugar de respaldar a las víctimas. “Lo sucedido con el alcalde de Uruapan duele a todos los mexicanos; parece que hoy la política se ha convertido en una actividad de alto riesgo, donde levantar la voz puede costarte la vida”, expresó.
Cárdenas añadió que la violencia no se limita a Michoacán, sino que afecta también a estados como Sinaloa, Guerrero, Oaxaca y San Luis Potosí, donde la falta de oportunidades y el fortalecimiento del crimen organizado son señales claras de una estrategia fallida. “El gobierno federal no le está dando las herramientas suficientes a policías y militares para combatir a los criminales con todo el peso de la ley”, afirmó.
Por su parte, el diputado Enrique Correa Sada fue más contundente al señalar que la falta de acciones firmes del gobierno federal podría deberse a presuntos vínculos entre grupos criminales y gobiernos emanados de Morena. “El crimen organizado y el narcotráfico están sumamente vinculados con los gobiernos de Morena. No hay una confrontación real, porque son aliados y amigos; por eso no se enfrentan”, sentenció.
Ambos legisladores coincidieron en que el asesinato del alcalde de Uruapan debe ser un punto de inflexión para que el gobierno federal asuma su responsabilidad y replantee de fondo su política de seguridad. De lo contrario, advirtieron, México podría entrar en una crisis aún más profunda, donde la impunidad y el miedo sigan marcando la vida pública del país.

