La relación de Jesús Pablo Lemus Navarro con la Confederación Nacional de Gobernadores (CONAGO) ha marcado un claro contraste con la postura de su predecesor, Enrique Alfaro Ramírez. Mientras que Alfaro se distanció públicamente de esta organización, calificándola como «una pérdida de tiempo» y «agotada», su sucesor se ha mostrado dispuesto a participar activamente en ella, elogiando su papel como un «espacio de diálogo» y mostrando una postura de colaboración con la presidente Claudia Sheinbaum.
La postura de Alfaro hacia la CONAGO fue clara desde sus últimos meses como gobernador. En 2020, Alfaro acusó a la organización de caer en la «simulación» y defendió la creación de una Asamblea General de Gobernadores para reemplazarla. Su negativa a asistir a las sesiones de la CONAGO fue tajante: «Jalisco no es parte de la CONAGO ni lo será», afirmó en 2021, descartando incluso el pago de las cuotas correspondientes.
Sin embargo, su sucesor, Lemus Navarro, parece adoptar un enfoque completamente diferente. En su reciente participación en una sesión de la CONAGO, celebrada en Acapulco, Lemus no solo asistió sino que se mostró entusiasta por el espacio de colaboración, calificando la reactivación de las reuniones como un avance hacia el diálogo constructivo entre los gobernadores. En sus redes sociales, Lemus expresó con optimismo: «Con esta sesión, la CONAGO reactiva sus reuniones como un espacio de diálogo entre las y los gobernadores del país: y en el Gobernador de Jalisco siempre encontrarán a alguien dispuesto al diálogo constructivo y con rectitud de intención.»
Este cambio de postura pone en evidencia una clara diferencia de enfoque entre los dos mandatarios. Mientras que Alfaro se distanció de los esfuerzos de colaboración y los calificó de ineficaces, Lemus ha optado por alabar la CONAGO, un lugar donde, a pesar de la brecha de tiempo entre sus sesiones, se considera importante para avanzar en el diálogo entre los gobiernos locales y la federación.
Este giro político de Lemus podría generar diversas reacciones, especialmente de parte de los seguidores de Alfaro, quienes podrían ver con sorpresa y desdén la postura de su sucesor, que ha dado la bienvenida a lo que su antecesor rechazó rotundamente.
Lo que está claro es que este distanciamiento en visiones sobre la CONAGO es solo uno de los muchos puntos de discrepancia que marcarán la gestión de Lemus en comparación con la de Alfaro. ¿Qué otros cambios y sorpresas nos tiene preparadas su gobierno para el resto del año? El tiempo lo dirá.