26 años después: se esclarece el brutal asesinato del niño Dhilan Randal Mercado en Aguascalientes

Después de más de dos décadas, el caso conocido como el «niño del contenedor», que conmocionó a México en 1999, ha tomado un giro decisivo. La captura de Liliana Lucero Mercado González, madre del pequeño de 4 años, y su pareja, Francisco Javier López González, en la ciudad de Chetumal, Quintana Roo, marca un hito en la lucha contra la impunidad en los casos de violencia infantil.

El caso de Dhilan Randal Mercado González no solo expuso el grado de brutalidad que puede existir en un entorno familiar, sino que se convirtió en un recordatorio de las fallas sistémicas para proteger a los menores de edad en situaciones de violencia. Durante más de 25 años, las autoridades de Aguascalientes y de otros estados del país trabajaron incansablemente para dar con el paradero de los responsables, y este domingo lograron su captura.


El trágico hallazgo en 1999

La noche del 12 de noviembre de 1999, un hombre que buscaba en un contenedor de basura en el Barrio de La Estación, en Aguascalientes, encontró el cuerpo sin vida de un niño de aproximadamente cuatro años. El pequeño estaba maniatado, envuelto en una manta y mostraba signos de una violencia desmedida.

El hallazgo causó una fuerte conmoción en la sociedad aguascalentense, y medios locales dieron cobertura inmediata al caso, llamando al menor el «niño del contenedor», ya que su identidad no fue confirmada hasta años después.

Las investigaciones iniciales revelaron que la causa de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico, traumatismo raquimedular cervical y estallamiento de vejiga, lesiones que evidenciaron la brutalidad de los golpes que recibió.


El inicio de una búsqueda de décadas

Las autoridades señalaron desde un principio a Liliana Lucero Mercado González, madre del menor, y a su pareja, Francisco Javier López González, como los principales sospechosos del asesinato. La pareja huyó de inmediato, dejando un rastro que involucró varios estados y años de investigaciones.

Según los testimonios recopilados, el asesinato ocurrió en Teocaltiche, Jalisco, tras una discusión entre Liliana y Francisco Javier. Durante la pelea, el padrastro golpeó al pequeño Dhilan hasta causarle la muerte. Posteriormente, trasladó el cuerpo a Aguascalientes, donde lo abandonó en un contenedor de basura de la calle 28 de Agosto.


El escape de los responsables

Tras el asesinato, Liliana Mercado y Francisco Javier López comenzaron una vida de fuga, moviéndose constantemente entre estados para evitar ser capturados. Primero se trasladaron a Guanajuato, después a Palenque, Chiapas, y finalmente se establecieron en Chetumal, Quintana Roo, donde vivieron por más de dos décadas sin levantar sospechas.

Las autoridades siguieron pistas falsas y enfrentaron dificultades para rastrear a la pareja, hasta que en un operativo conjunto entre la Fiscalía de Aguascalientes y la Fiscalía de Quintana Roo lograron su detención la noche del pasado domingo. El fiscal estatal, Jesús Figueroa Ortega, calificó la captura como una «acción histórica para la procuración de justicia», subrayando que, aunque tardada, la justicia finalmente llegó.


El trasfondo de la violencia

Los antecedentes de abuso hacia Dhilan no eran desconocidos. Antes de su muerte, ya se habían presentado denuncias contra sus cuidadores por parte de vecinos y familiares. Estas fueron registradas en el municipio de Jalpa, Zacatecas, donde la pareja vivía con el menor antes de mudarse a Teocaltiche, Jalisco.

Las denuncias señalaban que Dhilan era víctima constante de violencia física, pero las autoridades de aquel entonces no tomaron medidas suficientes para garantizar su seguridad. Esta omisión ha sido duramente criticada por activistas, quienes aseguran que el caso es un ejemplo de las fallas del sistema de protección infantil en México.


Reconstrucción de los hechos

Con el tiempo, los testimonios de testigos fueron fundamentales para esclarecer el caso. Entre ellos destacó el relato de un taxista que transportó a Francisco Javier López con el cuerpo del menor hasta el contenedor de basura. Otro testigo identificó al niño como hijo de la pareja, lo que permitió reconstruir los eventos que llevaron a su asesinato.

Además, en 2001, el caso alcanzó notoriedad nacional al ser presentado en el programa «Mujer, casos de la vida real», conducido por Silvia Pinal. Durante el episodio, Pinal hizo un llamado a la audiencia para colaborar con cualquier información que ayudara a resolver el crimen. Fue también en ese año cuando la abuela materna de Dhilan identificó los restos del menor, confirmando su identidad tras un estudio de sus pertenencias.


El impacto mediático y cultural

El caso de Dhilan no solo marcó a la sociedad mexicana, sino que también expuso la falta de respuesta ante la violencia infantil. Su impacto mediático generó conciencia sobre la urgencia de fortalecer las políticas de protección a menores y garantizar que los responsables de estos crímenes enfrenten la justicia.


El futuro de los responsables

Actualmente, Liliana Lucero Mercado González y Francisco Javier López González se encuentran recluidos en las cárceles femenil y varonil de Aguascalientes, donde esperan ser enjuiciados. De ser encontrados culpables, podrían enfrentar una sentencia de hasta 40 años de prisión por homicidio doloso calificado con las agravantes de ventaja y brutal ferocidad.


Un llamado a la protección de los niños

Este caso es un recordatorio de la importancia de actuar ante cualquier señal de violencia infantil. Activistas y especialistas insisten en que la protección de los menores debe ser una prioridad para las autoridades, evitando que más niños sufran el mismo destino que Dhilan. Además, subrayan la necesidad de crear entornos seguros en los que los menores puedan vivir libres de violencia.