En una decisión histórica, el Bundesrat, cámara alta del parlamento alemán, aprobó este viernes una legislación que marca el inicio de la legalización parcial del cannabis en Alemania, permitiendo la posesión de cantidades limitadas para uso personal y el cultivo en domicilios privados. Este paso crucial, respaldado por la cámara baja, el Bundestag, anticipa un cambio significativo en la política de drogas del país, aunque mantiene firmes restricciones en cuanto a la venta y compra del producto.
A partir del 1 de abril, tras la esperada ratificación por parte del presidente Frank Walter Steinmeier, los alemanes podrán poseer hasta 25 gramos de cannabis en espacios públicos y hasta 50 gramos en sus residencias privadas. Además, se permitirá el cultivo de hasta tres plantas para consumo personal, estableciendo un marco legal que dista mucho de la liberalización total, pero que introduce una nueva era en la gestión del consumo de cannabis.
La ley excluye a menores de edad del consumo y posesión de cannabis y prohíbe el consumo cerca de escuelas, guarderías y en zonas peatonales antes de las 20:00 horas. No obstante, se abre la puerta a la creación de asociaciones de cultivo sin ánimo de lucro, limitadas a 500 miembros, permitiendo a los consumidores que prefieran no cultivar en casa, una alternativa legal para acceder al cannabis.
El ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, impulsor de la iniciativa, ha celebrado la aprobación y la considera «el comienzo del fin del mercado negro». Argumenta que la legalización controlada ha demostrado ser eficaz contra el narcotráfico en otros lugares, como en varios estados de Estados Unidos, ofreciendo, además, una herramienta para proteger a las futuras generaciones de la criminalidad y el consumo irresponsable mediante la educación.
La resistencia a la ley fue palpable hasta el último momento, especialmente de parte de los estados gobernados por partidos conservadores, que expresaron preocupaciones sobre el potencial incremento en el consumo de drogas más fuertes y los riesgos asociados al consumo de cannabis, incluyendo accidentes de tráfico.
La aprobación del Bundesrat no solo marca un cambio en la política de drogas de Alemania, sino que también refleja una evolución en la percepción social y política sobre el consumo de cannabis. A medida que Alemania se embarca en este experimento de legalización parcial, el mundo observa atentamente los efectos que tendrá en la sociedad alemana, el mercado negro y la salud pública.