El presidente destacó que los sacerdotes han contribuido históricamente a la pacificación nacional.
El 14 de febrero se informó que un conjunto de obispos en Guerrero sostuvieron reuniones con facciones criminales debido al incremento de violencia en esa área, con el objetivo de alcanzar un acuerdo de paz. Ante esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su aprobación hacia la iniciativa de los líderes eclesiásticos de entablar negociaciones. Desde Acapulco, el presidente enfatizó el papel histórico de sacerdotes, pastores y miembros de diversas confesiones religiosas en el proceso de pacificación del país, subrayando que “siempre […] participan, ayudan en la pacificación del país. Lo veo muy bien. Creo que todos tenemos que contribuir a conseguir la paz”.
El presidente reconoció que es deber del Estado asegurar la paz y la tranquilidad en Guerrero, enfatizando la importancia de la intervención de las fuerzas armadas para este fin. Resaltó el papel de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el territorio nacional, incluyendo el despliegue de fuerzas federales en el estado mencionado. Además, apuntó a los valores inherentes a la cultura mexicana como un escudo contra la violencia.
Al referirse a la formación de grupos de autodefensa en Guerrero, López Obrador señaló que, aunque no de manera oficial, estas surgieron con cierto respaldo gubernamental ante la previa falta de atención estatal. “Anteriormente, el Estado se desatendía, llegaron a crear las autodefensas. Desde luego, no formalmente, pero era un hecho de que se contaba con el apoyo del gobierno para la creación de las autodefensas”.
El mandatario destacó que la riqueza cultural de México —sus costumbres y tradiciones— ha jugado un papel crucial en combatir la violencia y reducir el consumo de drogas en el país.
En un evento significativo, el obispo José de Jesús González Hernández reveló que representantes de la Iglesia en Guerrero mantuvieron un encuentro con miembros de organizaciones criminales. Esta declaración se produjo tras oficiar la misa del Miércoles de Ceniza en Chilpancingo, evidenciando esfuerzos por dialogar en búsqueda de la paz en la región.