La influencer Natalia Becker ha sido imputada por homicidio con dolo eventual tras la muerte del empresario Henrique Silva Chagas, de 27 años, quien falleció después de someterse a un tratamiento estético de peeling con fenol recomendado por Becker. El incidente ocurrió en una clínica de Sao Paulo, de la cual Becker es dueña.
El trágico suceso quedó registrado en las cámaras de seguridad de la clínica, capturando desde la llegada de Silva Chagas acompañado por su pareja, Marcelo Camargo, hasta el fatal desenlace durante el tratamiento. El peeling con fenol, que se utiliza para reducir imperfecciones y cicatrices, involucra el uso de un compuesto orgánico altamente ácido que puede tener efectos secundarios severos si no es administrado por especialistas.
A pesar de los riesgos conocidos, Becker, cuyo nombre real es Natalia Fabiana de Freitas Antonio, no es médica ni especialista en dermatología, pero promovió y administró el tratamiento. Durante el procedimiento, Silva Chagas experimentó una reacción adversa grave, perdiendo el conocimiento y finalmente falleciendo por lo que parecía ser asfixia y un paro cardíaco, según los primeros informes médicos.
La influencer ha declarado que el fenol utilizado estaba diluido al 30%, reconociendo la existencia de un riesgo inherente en el procedimiento. Esta admisión ha llevado a su imputación y a la posterior investigación. Además, la policía ha citado a Becker para que preste declaración sobre el incidente.
Como consecuencia de la tragedia, las redes sociales de Natalia Becker han sido suspendidas y la clínica ha sido clausurada. La influencer había completado un curso en línea sobre peeling con fenol, impartido por la farmacéutica Daniele Stuart. Sin embargo, la Asociación Nacional de Esteticistas y Cosmetólogas (Anesco) ha declarado que Becker no cumple con las calificaciones necesarias para ser considerada una esteticista apta para realizar este tipo de procedimientos invasivos.
Este caso ha causado conmoción y ha puesto en evidencia la necesidad de regulaciones más estrictas en tratamientos estéticos, especialmente aquellos que implican sustancias potencialmente peligrosas y que requieren una supervisión médica experta.