IMÁGENES FUERTES: solo hacía un crucigrama en la banqueta y pandilleros lo matan al confundirlo

El asesino pensó que Sebastiao Silva de 66 años de edad, era uno de sus rivales en Brasil

El adulto mayor murió al ser confundido por los pandilleros.

Sebastiao Silva, un hombre de 66 años, salió a la tienda en Aparecida de Goiania, estado de Goiás en Brasil, con la intención de comprar un refresco y resolver un crucigrama. Se sentó en la banqueta cerca del expendio cuando, de repente, se convirtió en víctima de una venganza entre pandilleros locales.

Un video captado por una cámara de seguridad de la tienda, compartido en redes sociales, muestra el momento en que el hombre mayor disfrutaba resolviendo su crucigrama con su botella de refresco a un lado. De repente, dos jóvenes que estaban detrás de él notaron la llegada de otras personas y se retiraron apresuradamente.

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La profesora Giselle Silva, hija de Sebastiao, relató que escucharon golpes fuertes en la puerta de su casa. Estos sonidos alertaron a su esposo, quien fue a investigar la situación. Al regresar después de hablar con alguien en la puerta, manifestó con inquietud que tenían que dirigirse a la tienda porque algo le había sucedido a su suegro.

«Volvió asustado para informarme que debíamos ir a la tienda, ya que algo le había ocurrido a mi padre. Un vecino nos contó que un delincuente le había disparado en la cabeza mientras resolvía crucigramas. Estaba desesperada y entré en shock», expresó Giselle Silva al medio local UOL.

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Sebastiao fue víctima de un disparo en la cabeza por parte de un pandillero de 16 años. Este individuo, al verlo sentado de espaldas, erróneamente lo identificó como uno de sus rivales, según informes de la Policía Militar de Goiás, que logró localizar al menor y procedió a su arresto.

«El sospechoso aclaró que el anciano no era el objetivo previsto. Justificó el tiroteo como parte de un conflicto entre facciones criminales y reveló que él forma parte de una facción de Sao Paulo, mientras que los presuntos objetivos pertenecen a una facción de Río», detalló la Policía Militar según informes del medio.

Sebastiao Silva tuvo a dos hijos y dos nietos y tenía 40 años de casado. El pasado mes de agosto, el hombre se había jubilado luego de haber trabajado como director de producción, revisor de autobús y como conductor.