Los gatos, introducidos en el espacio de estos animales para combatir roedores, habían coexistido pacíficamente durante varios años.

Una mujer irrumpió en el espacio de los monos en el zoológico de Kunming, ubicado en la provincia de Yunnan, China, con el propósito de rescatar a unos gatos en apuros. Este incidente, ocurrido el pasado sábado 27 de enero, ganó atención y se hizo viral recientemente. La acción de la mujer fue celebrada en redes sociales, donde muchos elogiaron su coraje y determinación por salvar a los “michis”, quienes estaban siendo hostigados, sufriendo desde tirones hasta golpes.

El zoológico, localizado en una zona reconocida por su rica biodiversidad, actuó prontamente ante el incidente, asegurando que los dos gatos implicados fueron salvados y están en buen estado de salud. Este episodio no fue un caso aislado, ya que desde una semana antes se habían compartido en internet videos mostrando cómo los monos molestaban a los gatos.

Los gatos no se encontraban por casualidad en el recinto de los monos; en realidad, desde 2013, eran parte de una iniciativa ecológica implementada por el zoológico para manejar una problemática de roedores. Esta medida se reveló como una solución natural eficiente. Una vez que se logró controlar la plaga, el zoológico optó por retirar a 10 de los gatos, dejando únicamente a dos dentro del recinto de los monos para que continuaran encargándose de cualquier roedor restante.

A lo largo de los años, los gatos y los monos en el zoológico de Kunming habían mantenido una convivencia pacífica, que recientemente se vio inesperadamente perturbada, dejando a las autoridades buscando respuestas. El zoológico, en cooperación con los veterinarios de la Universidad Agrícola de Yunnan, ha confirmado que los gatos se encuentran en buen estado de salud y no han sufrido heridas de gravedad.

En cuanto a la agresividad de los monos, autoridades en países como Japón, India y Tailandia han lanzado advertencias a residentes y visitantes, recomendando evitar alimentar a los denominados “monos del diablo”. Esta precaución se debe al riesgo de incitar comportamientos violentos, tras una serie de incidentes agresivos protagonizados por estos animales. Dichos ataques han resultado en lesiones serias, incluyendo desgarros faciales y mordeduras. Los expertos atribuyen esta tendencia preocupante a la habituación de los monos con los seres humanos, lo que ha llevado a estos primates a adoptar conductas cada vez más osadas y agresivas, tales como rebuscar en basura, sustraer objetos personales e incluso agredir a las personas.

 

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