Mientras en México se desarrollan campañas y programas para resguardar al anfibio, en otros lugares del mundo resulta un manjar exótico
El ajolote, un símbolo clave en la cultura mexicana, ha alcanzado reconocimiento incluso en el ámbito de la numismática, siendo destacado en uno de los billetes más codiciados por coleccionistas. Este anfibio, sin embargo, es mucho más que un ser de encantadora apariencia; tiene un valor considerable en el ámbito natural y científico, razón por la cual su conservación es altamente promovida.
Mientras México implementa campañas y programas para proteger a esta especie, en otras partes del mundo es considerado un platillo exótico, generando una serie de críticas y consternación entre aficionados a la cultura anfibia y ambientalistas, especialmente aquellos de origen mexicano.
¿En dónde se comen a los ajolotes?
La controversia comenzó cuando Nelson Valdez, un reconocido periodista, publicó en su cuenta de X fotos de ajolotes «empanizados» servidos en un restaurante de Yokohama, Japón. «¡Qué lástima!, parecen hasta sufrir. ¿Cómo alguien puede comer algo así con tranquilidad?», expresó el comunicador, adjuntando tres imágenes de los supuestos anfibios presentados en un plato.